Una lección de vida: encontrar significa libertad
![un señor un libro y un mundo](https://static.wixstatic.com/media/5269e9_92054623b80a40feb57ef33f54b30d6b~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_551,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/5269e9_92054623b80a40feb57ef33f54b30d6b~mv2.jpg)
Al cuestionar al sistema, rebelde y apasionado, Hermann Hesse se convirtió en uno de los escritores más importantes del siglo XX, gracias a sus premisas sobre la dualidad del hombre y la espiritualidad: un claro ejemplo de ello es, Siddhartha, una de sus obras más importantes.
Esta novela, fue escrita en el año de 1922, tras la primera guerra mundial, en ella describe la búsqueda y autodescubrimiento, a través de un hombre llamado Siddhartha.
Sin duda un personaje que a lo largo del libro te hace cambiar por completo la manera de entender y comprender la naturaleza del hombre y de la vida misma.
Si he de sentirme identificada con un personaje literario, sin duda sería Siddhartha, (al igual que muchos).
Él pasó de ser un brahmán a un samana y de un samana a un mundano, y aún después de todo ello, no se sentía satisfecho ni pleno, pues se decía así mismo “pero ¿Siddhartha, a qué pertenecía?”.
A lo largo de la historia, Siddhartha se impregna de distintos conocimientos que lo ayudan a seguir la vida: como aprender a ayunar, meditar y esperar. Esto sin duda fue muy bueno para él, pues incluso hay una frase que se menciona y que ahora la he apropiado:
“Escribir es bueno, pensar es mejor. La inteligencia es buena, la paciencia es mejor”.
Pero después de todo, parecía que en el fondo nada podía satisfacer ese anhelo, y ni siquiera el más mundano deseo pudo llenar esos vacíos. No fue hasta que conoció a Vasudeva, que descubrió el valor de la unidad, la libertad, e incluso la importancia de aprender a escuchar a un rio.
Aprender a encontrar, mas no buscar.
El gran problema de Siddhartha era que estaba obsesionado con sentir ese fin, tanto que, aunque tuviera la vida delante de sus ojos, caminó mucho tiempo sin darse cuenta de ello.
En nuestra cotidianidad es muy común realizarse las preguntas: ¿encontrarle un sentido a la vida? ¿cuál es mi meta? ¿y si no la cumplo?
Cuestionamientos que hacen que nos llenemos de frustración, o que lleguemos a la demencia por tener la obsesión de cumplir un objetivo dentro de este sistema que nos carcome, cuando el único sentido de la vida es vivirla.
“Cuando alguien busca - continuó Siddhartha- fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa, ya que únicamente piensa en lo que busca, tiene un fin y está obsesionado con esa meta. Buscar significa tener un objetivo. Encontrar, sin embargo, significa estar libre, abierto, no necesitar ningún fin”.
Todos son maestros en nuestra vida; la experiencia es necesaria
Siddhartha sin duda es un hombre aventurero, que en búsqueda de “ese algo” conoció a un sinfín de personajes y de todos ellos aprendió de algo.
De Kamala aprendió el arte del amor; de los samanas a ayudar, esperar y meditar; de Kamaswami el mundo de los negocios; de Basudeva a escuchar y del rio a fluir.
Siempre he creído que somos un conjunto de todas las personas que han pasado por nuestra vida, y Hermann no lo pudo describir de mejor forma, pues es cierto que somos unidad, lo que Siddhartha descubrirá al pasar los años.
De igual forma, la obra deja en clara una premisa: la experiencia como parte fundamental del aprendizaje.
Siddhartha en su búsqueda, terminó cediendo “al mundo”, dejándose llevar por banalidades, tales como el dinero; con el tiempo se dio cuenta de su error, algo que carcomió su alma, pero más tarde lo comprendió:.
“Es bueno- pensó- probar personalmente todo lo que falta aprender. Desde niño, desde mucho tiempo, sabía que los placeres mundanos no acarrean ningún bien; pero ahora lo he vivido. Y ahora lo sé, no solo porque me lo enseñaron, sino porque lo han visto mis ojos, mi corazón, mi estómago ¡qué bello es saberlo!”.
Y esto terminó de reafirmarlo al tener un hijo, quien también tenía que aprender y experimentar por su propia cuenta, de ello también trata el amor y la libertad.
Hesse, sin duda es un autor que sabe abordar temas tan humanos como lo es la espiritualidad y el amor, pues en esta obra recalca la gran importancia de la unidad misma, como es que cada uno de nosotros estamos conectados y somos uno mismo con el otro y con la naturaleza.
La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz.
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